
Una vez comparado ambos Decretos, se puede observar que en el Decreto de Madrid se expone unas obligaciones que deben de cumplir los alumnos, como son la asistencia a clase, la puntualidad, el cuidado y respeto de los materiales o el respeto a la autoridad del profesor. Pero en referencia a los docentes, no se muestra que ellos tenga que llevar a cabo tales obligaciones, que desde mi punto de vista, deberían de cumplir tanto alumnos como docentes. También hay que tener en cuenta que si los alumnos no cumplen estas normas, y dependiendo de la gravedad de las mismas, se pondrá una sanción leve, grave o muy grave. A través de estas sanciones, se intenta que el alumno se de cuenta de su comportamiento inadecuado y que le corriga, sin que se produzca con posterioridad algo similar.
Por otro lado, como se puede observar en el

Por tanto, como se puede observar las diferencias de ambos Decretos son claras, y esto no quiere decir que uno sea mejor que otro o más productivo a la hora de conseguir mejores resultados. Mientras que uno intenta conseguir la resolución a través del diálogo, el otro de manera más estricta, lleva a cabo la imposición de una sanción, pero ambos son igual de efectivos.
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